Por: Eduardo Catalán
Seis lustros amándote.
Sin ceremonia ni contratos.
Íntimamente, tú y yo.
A nado.
Sin prole ni obligaciones.
Sólo tú y yo, amor ingenuo.
Mi pariente más cercano,
Flor náutica.
Luchando cuerpo a cuerpo contra la adversidad,
Anclamos en coral.
Ardieron cruces, mugió el viento,
Se sacudió el mar.
Y sobresalimos.
A flote,
Hemos tolerado, creído, errado,
Sufrido, caído, levantado.
Y continuamos como la primera vez.
Tocándonos, conociéndonos.
Sólo tú y yo, amándonos intimadamente.
Remando.
No tenemos grandes posesiones ni apuros.
Pero cuando te beso soy millonario.
Mi triunfo.
La más grande ola.
Mi valor más preciado.
Espuma celeste.
Mi testaferro, mi tesoro.
Mi barca.
Tu y yo estamos completos
Cuando tardas, desfallezco;
Necesito tu presencia,
Tu risa, tus ganas de vivir...
Como pez,
Me nutro de tu aliento y sólo un roce de
Tu vello me llena de fibra.
Me antojo de ti, cada momento
Y soy recompensado,
Sirena.
Tú y yo estamos completos,
Es una exactitud cósmica.
Tangible.
Como cielo y mar...
Íntimos, tú y yo.
Braceando infatigables
miércoles, 18 de mayo de 2011
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